Transporte

BEAT: «La diferencia con Uber es que pagamos impuestos»

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La app de movilidad que llegó hace un año al país también ya trabaja con taxistas.

La gerenta de Beat Argentina, Patricia Jebsen, no teme nombrar a su competidor y hasta reconocer que ha utilizado sus servicios en el extranjero, pero también deja claro que la operatoria de Beat está legal e impositivamente encuadrada.

En un encuentro con periodistas, del que también participó Florencia Rodríguez Tourón, especialista en movilidad urbana de la Fundación Metropolitana, se analizó cómo las app de movilidad no llegan para competir con el transporte público ni a quitarle trabajo a los taxistas.

La pandemia cambió las necesidades y formas de transporte de gran parte de la población y además evidenció las falencias en la oferta de colectivos en el conurbano. «Las apps permiten detectar la demanda en forma inmediata y en tal sentido la movilidad se vuelve más eficiente y menos contaminante», señaló Rodríguez Tourón.

Más allá de que mecánicamente el vehículo sea el mismo que el que utiliza una persona en forma particular, hay que comprender que un auto al servicio de la una app de movilidad reemplaza a entre 9 y 11 coches particulares. Es decir, se mueve más gente con el mismo auto y no quedan los otros vehículos ociosos (se estima que el 95% del tiempo) ocupando un espacio en la vía pública o pagando un garaje.

Por este motivo para Rodríguez Tourón, las app de movilidad se ubican en terminos de confort entre el Transporte Público, aún hoy con el acceso limitado, y el auto particular con el que uno debe lidiar con el tránsito y hasta es más costoso para muchos viajes.

Incluso, en algunas situaciones, se presenta a la movilidad compartida como una opción de mayor seguridad vial: sin tener que conducir, puedo beber alcohol en una reunión social fuera de casa sin exponerme a peligros.

¿Quiénes usan Beat?

Según indicaron el 60% de los pasajeros son mujeres y el rango etario de la mayoría va de los 25 a 45 años. En estos momentos la operatoria aún está al 75% del nivel previo a la pandemia, pero han notado una extensión en kilómetros de los viajes. El motivo sería que antes del COVID19 los viajes con la app formaban parte de un traslado combinado con tren o subte. Ante el temor de volver al transporte masivo, muchos pasajeros están usando ahora la app para el viaje completo.

Jebsen asegura que con Beat el pasajero logra una tarifa más económica que si viajara en Uber y el ticket promedio ronda los $170. Un dato no menor es que la facturación del servicio es en pesos en Argentina, por lo que se puede pagar con tarjeta de crédito sin impuesto PAIS ni bloqueando cupos para la compra de dólar ahorro.

El pago con tarjeta ya alcanza al 20% de los viajes, aunque otro método que han introducido como una solución para empresas es un sistema prepago para que las compañías le puedan brindar una billetera virtual a sus empleados con crédito para viajar y solventar los gastos de movilidad de una manera transparente y segura.

Achicando la grieta callejera

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Al iniciarse la Cuarentena el total de las operaciones se derrumbaron, pero luego ante la falta de transporte público y la necesidad de moverse de forma muy puntual, se precisó aumentar la oferta de autos y sumar nuevos conductores.

Jebsen destaca el compromiso de los conductores profesionales que se sumaron «con las mismas reglas de juego» que los emprendedores. «Lo único que debimos hacer fue cambiar el color del auto en la app, porque le generaba algo de confusión al pasajero que había pedido un Beat y le llegaba un Taxi. Pero el nivel del servicio es el mismo, y los taxistas cobran lo mismo que los conductores particulares.»

Hoy la mayor cantidad de referidos surge de los taxistas, que en lo que va del mes de noviembre han ganado 3 millones de pesos, ya libres de los descuentos y costos operativos de Beat. El 90% de los viajes diarios que realizan los tacheros surgen de la app y solo 10% son de pasajeros «levantados» en la calle.

Sin dudas, la gente está cambiando sus hábitos y el transporte, ya sea por privados u ofrecidos por el Estado, debe estar al servicio de las nuevas necesidades de movilidad.