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| Primera imagen difundida vía @Mafe_34 por ControldeTransito |
Esta mañana tuve la primicia de que una formación del Tren Sarmiento embistió a un colectivo de la línea 92 en el paso a nivel de Artigas en Flores. Por el impacto, la formación descarriló y chocó a otra formación que circulaba por la vía contraria. Y a esta hora, empiezan a mezclarse los temas. El video de una cámara de seguridad de la Policia Metropolitana confirma que si bien la barrera no había bajado del todo y estaba a 45°, funcionaban correctamente las señales lumínica y sonora, e incluso había otros vehículos detenidos esperando el paso del tren. Testigos indican, que el colectivero asomó la trompa para intentar pasar. Le costó la vida, a él y a 8 personas más. Hay 212 personas heridas. El operativo de salvataje y rescate por parte del SAME fue ordenado (quizás es lo único que haya dejado de bueno el episodio Cromagnon).Sin dudas, la culpa es del chofer, ratificando la estadística de que el 90% de los siniestros viales son por error humano. Pero hay otras responsabilidades: la Seguridad vial es reducir las probabilidades de siniestros e intentando reducir o eliminar los impactos del factor humano. Aquí, se solucionaría si no existiesen los cruces a nivel.
En 2006 el presidente Néstor Kirchner y luego en 2008 la actual mandataria Cristina Fernández, anunciaron el soterramiento del ferrocarril Sarmiento. El plan hace que el tren «se convierta» en subterraneo, eliminando por completo los cruces a nivel y el peligro, además de permitir mayor frecuencia en el servicio ferroviario, agilizar la circulación en toda la traza urbana cercana y brindar un corredor verder para los vecinos. Crisis financieras habrían detenido las obras.
Por su parte el gobierno porteño comenzó un plan con la construcción de pasos bajo nivel, algunos reemplazando cruces existentes y otros nuevos en calles cerradas de características más pequeñas, llamados sapitos. Distintas medidas de amparo presentadas por propios vecinos de la Ciudad, han impedido el inicio de obras de once de ellos.
Pero hasta olvidando problemas económicos y/o políticos y acostumbrándonos a que no se puede mejorar la infraestructura, sería preciso hacer foco sobre los conductores de transporte público. El año pasado, que tuvo como protagonistas a los colectiveros en varios arrollamientos fatales en calles y avenidas, el gobierno porteño y la CNRT prometieron más controles. Si bien hubo avances, con 1200 choferes multados, al parecer el problema es mucho más profundo, porque el de hoy no fue un caso aislado. Hace menos de un mes, el 18 de agosto dos unidades de las líneas 15 y 306 fueron embestidas por formaciones de los trenes del Belgrano Sur y el Roca… pero como no hubo muertos, casi nadie se preocupó.
¿Ahora escucharemos más promesas de obras? Ojalá se inicien y festejaré sin importar quién corte la cinta, porque lo que se estarán salvando son vidas.
