Todas las bajadas de las autopistas Perito Moreno y 25 de Mayo, ya cuentan con reductores de velocidad. Los molestos «lomo de burro» otorgan en definitiva mayor seguridad al tránsito, aunque su principal crítica es que se convierten en un ataque directo a la suspensión (según el Mot, organismo responsable de la verificación técnica vehicular en Gran Bretaña, los speed bumps son responsables del 30% de los desperfectos en el parque automotor de ese país).
De esta manera, Ausa ha reparado todas las rampas de ingreso y egreso de ambas autovías, y para advertir a los conductores del nuevo obstáculo se ha emplazado la señalización vial acorde, mediante cartelería de aviso y elementos incandescentes de demarcación. Mientras aquí seguimos con las «burradas» en España estudian desarrollar el «lomo de burro inteligente». Con una inversión de 100.000 euros, el novedoso aparato consta de una banda reductora de velocidad rellena de una sustancia viscosa, que se endurece al detectar altas velocidades, actuando como un lomo convencional, y se deforma y no opone ninguna resistencia a los vehículos que circulan a baja velocidad generando menor fricción. Por lo pronto, habrá que buscar en Warnes el kit anti-lombadas, que se trata -ni más ni menos- de una moldura de goma inserta en el espiral de la suspensión, que evita que el vehículo se hunda y golpee con sequedad.