SUBE Subte

Extienden la entrega de SUBE hasta 2 de marzo

Sin ningún tipo de información acerca de cuánto saldrá el boleto de colectivos y tren después de esa fecha para los que no tengan las tarjeta de pago electrónico del gobierno (tampoco definieron qué pasará con la tarjeta Monedero, que es 100% para pagar, pero no se sabe si mantiene el subsidio), la Secretaría de Transporte dio tiempo hasta el 2 de marzo para solicitar la SUBE en forma gratuita. Porque esa es la otra novedad, de allí en adelante la entrega o recambio por extravío tendrá un costo (tampoco definido) que rondará los U$S 1.10 dólares (entre nos, me parece que el estado está pagando caro los plásticos, porque Sacoa te la cobra sólo $2 la de los jueguitos). Otro gran cambio es que se acaba la entrega callejera de la SUBE, toda la distribución de tarjertas estará a cargo del Correo Argentino y se podrá tramitar la solicitud online o en los lugares que se informen en www.sube.gob.ar.
No hay dudas de que implementar un servicio de pago electrónico en toda la red de transporte pública metropolitano no es tarea sencilla. Por eso la pimera autocrítica que debieran hacer es la del ridículo plazo de 90 días que había lanzado Cristina Kirchner allá por febrero de 2009 cuando el objetivo era combatir la falta de monedas. Tampoco es serio que el Secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, se anime a decir «No hay más problema de monedas», casi una burla teniendo en cuenta que por la inflación para lo único que sirven las monedas son para la maquina del bondi, y prontamente ya ni para eso. 
El sistema es más que necesario para controlar a las empresas de colectivos y concesionarias de trenes para poder contabilizar de manera fehaciente la cantidad de pasajeros transportados y de esta manera calcular los subsidios. Porque el subsidio al transporte no debe desaparecer por completo, es una necesidad que se da en todas las grandes ciudades del mundo. Como dijo alguna vez el gobierno nacional, la política de mantener el boleto bajo subsidió el empleo. Pero el desfase entre lo que paga el usuario y el complemento que aporta el Estado ya es muy grande. Es preciso blanquear costos y que los usuarios comiencen a pagar un valor más cercano a la tarifa plena, un valor que el Gobierno guarda con recelo y no quiere informar. Se estima que el nuevo precio prodría estar en $2.5 (como el subte) o $3 (como los colectivos urbanos en Córdoba), pero de todas formas habría allí un costo operativo del cual debería seguir haciéndose cargo el Estado, sin contar futuros aumentos por subas salariales.
Ahora con esto queda claro que el «subsidio para todos» no puede ser por tiempo indeterminado. El mismo Schiavi reiteró en varias ocasiones que el objetivo es dirigir la ayuda a quienes más lo necesitan. De esa manera, parece lógico que en poco meses, el valor subsidiado y ultra económico actual quede solo para los grupos vulnerables, como los beneficiarios de planes sociales, jubilados y estudiantes, identificados todos a través de la tarjeta SUBE. Aceptemos finalmente que no se puede vivir regalado y como ya dije cuando fue el aumento del subte, una gaseosa al paso sale $6.50, un viaje no puede seguir pagándose $1 si pretendemos también exigir inversión (empresaria o estatal) para tener un mejor transporte. Quizás, si los argentinos nos animamos a reconocer esto, el Gobierno pueda comenzar a ser más sincero y dejarse de jugar al misterioso y guardarse los anuncios hasta último momento.