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Haciendo (de nuevo) el Metrobus en Pompeya

En agosto de 2013 se inauguraba el Metrobus del Sur, que en realidad son dos corredores: uno bastante directo por la Avenida Fernández de la Cruz y luego Chiclana, y el otro con un recorrido algo más entreverado iniciando en General Paz por Avenida Roca y luego Rabanal hasta Pompeya. Allí en Avenida Saenz es donde se armaba el mayor lío porque sólo 4 líneas de colectivos (91, 115, 128 160) circulaban por los carriles centrales exclusivos de Avenida Saenz, mientras que la mayoría lo hacían por fuera en los 2 apretados carriles que quedaban para compartir con el enorme caudal de tránsito particular que llega desde Zona Sur atravezando el Puente Alsina.
Desde hace ya algunas semanas la congestión en esta zona es tremenda porque se han anulado momentaneamente los carriles centrales del metrobus para realizar obras que permitan la incorporación de más líneas al corredor exclusivo para colectivos. Desde el Gobierno porteño se excusan con que no es que estaba mal diseñado, pero lo cierto es que «las mejoras» intervienen una obra que fue hace apenas pocos meses inaugurada y anunciada como la gran solución para ordenar y mejorar la circulación de transporte público y coches en un área de alta densidad.
No se ha informado en ningún momento si los pasajeros del metrobus han logrado reducir su tiempo de viaje en un 15% como se prometía y queda claro que los coches particulares tampoco se fueron beneficiados por un reordenamiento muy poco claro, ya que deben todavía lidiar con colectivos que se entrecruzaban del centro hacia las paradas tradicionales que aún se encuetran en las veredas. 

Un problema del sistema de colectivos y no de los carriles 
Es indudable que la implementación del metrobus en la 9 de Julio ha sido un éxito para la movilidad en el centro. Pero si bien el metrobus porteño está catalogado a nivel internacional como BRT (Bus Rapid Transit) no tiene la característica de tener en cada corredor una línea única, sufre el escollo de la multiplicidad de líneas de colectivos que compiten por la misma arteria, restándole efectividad y frecuencia al sistema. Este no es un tema que pueda solucionar de manera independiente el gobierno porteño, el cual no tiene poder de decisión sobre los colectivos, pero es preciso una coordinación entre la CNRT con la Ciudad y los municipios del Conurbano para cambiar el modelo de transporte en colectivo por uno más eficiente, tanto en el servicio como en el impacto ambiental. El cambio implicaría la fusión de varías líneas y el trazado de nuevos recorrdos mediante la licitación de corredores, con la enorme batalla de por un lado acordar con los empresarios del transporte y establecer una tarifa inteligente mediante la tarjeta SUBE (con costos combo por uso de colectivo aliviador + metrobus + subte + tren), y por el otro cambiar la costumbre de los pasajeros de largos recorridos para hacer trayectos más cortos y combinaciones.