En honor a la brevedad y obviando exponer otras consideraciones, podemos afirmar que una “política” de seguridad vial no puede apoyarse exclusivamente en un accionar esencialmente represivo y sancionador.
Una Política de Seguridad Vial es por naturaleza una “política social” ya que pretende provocar cambios en un comportamiento social, tanto de administrados como administradores, que evidentemente involucra una “cultura”. Una Política de Seguridad Vial requiere de un uso adecuado de la información hacia y desde el usuario de la vía pública. Hacia la comunidad para evidenciar las conductas permitidas y las prohibidas y Desde la misma hacia la autoridad (a través de investigaciones, etc.) para que esta conozca cabalmente las fortalezas, debilidades y características propias de la comunidad que administra. Educar implica la posibilidad de que administrados y administradores COMPARTA la norma (valor) y no que los primeros toleren (cuando no pueden eludirla) la responsabilidad (y castigo) que le imponen los segundos. La capacitación finalmente, en una de sus aplicaciones, implica la formación profesional (el conocimiento y su aplicación eficiente) del administrador. No cualquiera puede ser autoridad de control de un comportamiento social (como lo es el uso de la vía pública)
En otras palabras, pretender lograr una política de seguridad vial con el uso exclusivo y excluyente de una sola herramienta (represión y sanción) es pretender “una moneda de un solo lado”. Imposible. Requiere el apoyo del otro.
A continuación, transcribimos la opinión del ISEV sobre el siniestro de tránsito acontecido en Baradero, con dos adolescentes muertos que circulaban en motocicleta sin casco y fueron embestidos por oficiales de tránsito que los perseguían con el fin de multarlos.
“No pretendemos simplificar pero, a nuestro exclusivo criterio, lo acontecido en Baradero, Pcia de Bs. As. durante la jornada del domingo 21 de marzo es un episodio que, lamentablemente, puede repetirse con similares resultados en otras comunidades.
Y lógicamente no puede apoyarse exclusivamente en la herramienta de sanción. Por el contrario debe ser integral y contemplar el uso de otras herramientas, como ser: información, educación y capacitación. No son en absoluto las únicas (el administrador / autoridad debe proveer una buena vía pública –diseño – construcción – mantenimiento, una confiable tecnología en equipamientos de control, etc.), pero es esta oportunidad nos detenemos en la consideración de estas tres.
Requiere muy especialmente de la Educación (la formación en Valores) para revertir en las nuevas generaciones los aspectos culturales del comportamiento nocivo a la Seguridad Vial.
Políticas que se apoyen exclusivamente en “usa el casco, sino te saco la moto” o “no te cargo combustible”, en “te quito la licencia” (cuando te la regalo por otro lado) pueden “sonar muy bien” pero duran en el tiempo, lo que dura el “operativo”, y cuando este NO TERMINA MAL”.
¿Qué pasó en Baradero?
Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV