Seguridad Vial

ControldeTransito en nota de tapa del diario Perfil

En la edición impresa del domingo 2 de enero el título principal de tapa fue «EN 2010 HUBO MÁS DE UN CORTE DE CALLES DIARIO POR PROTESTAS SOCIALES«. La nota destaca que se realizaron durante el año al menos 340 cortes de calles en la Ciudad de Buenos Aires, entre un 10 y 15% de incremento con respecto a 2009, según el relevamiento realizado por la consultora Diagnóstico Político, que conformó la estadística en base a la información publicada por 182 medios de comunicación.

Para la realización el periodista de Perfil, Gustavo Ajzenman, también consultó a ControldeTransito. En ese aspecto, Jota Leonetti señaló en coincidencia con otros analistas que las internas gremiales tuvieron mayor presencia en los piquetes, antes que las protestas de organizaciones netamente piqueteras, y destacó la multiplicación de protestas vecinales espontaneas en los barrios, durante los últimos días del año en reclamo de los cortes de luz, que integró una columna aparte de la nota.

Por falta de luz, los vecinos también salieron a protestar

En el último mes de 2010 se realizaron 69 cortes de calles, más que en todos los anteriores. La particularidad fue que los protagonistas casi excluyentes fueron los vecinos indignados por diferentes motivos; y el centro no fue el único escenario, sino que se expandieron por toda la Ciudad. Durante la época de fiestas de fin de año, el principal motivo de la protesta fue el corte de suministro eléctrico que sufrieron varias zonas en plena ola de calor. Desde la víspera de Navidad, la Ciudad se volvió intransitable debido a que varios vecinos indignados decidieron tomar la esquina más cercana para reclamar.
Pequeñas fogatas, golpes de bombos y cacerolas, tachos de basura arrancados de algún poste y apenas una decena de personas obstruyendo el tráfico entre bocinazos nerviosos e insultos: la escena fue similar en una 1 decena de intersecciones en Almagro, Caballito, Villa Crespo, Flores y Paternal, entre otros. «Protestamos porque hace cinco días que no tenemos luz», se indignaba Fabián Chávez, mientras observaba estoico la jauría de autos que se aproximaba al improvisado bunker callejero levantado en la esquina de Agüero y Corrientes en la mañana del 31. «No estoy de acuerdo cuando las organizaciones sociales cortan la calle, pero yo pago la cuenta de electricidad y tengo derecho a reclamar», aseguró, mientras el pequeño grupo de improvisados piqueteros esperaba la llegada de algún móvil televisivo para volver a su casa. Esa zona fue una de las más afectadas por lo cortes de luz y de tránsito. En la avenida Corrientes, entre Acevedo y Agüero (unas veinte cuadras), se registraron cuatro interrupciones en la vía pública, a las que se sumaron las ocurridas en calles paralelas. «Los cortes de vecinos durante el último mes sucedían tan rápido que nos enterábamos por Twitter», relata Jota Leonetti, uno de los fundadores de la Asociación de Periodistas de Tránsito, y responsable del sitio web Control de Tránsito. «Ese tipo de protestas en general no duran mucho porque la gente no tiene el entrenamiento ni la infraestructura para reclamos prolongados», señala.
El malestar general por la falta.de luz o por la imposibilidad de transitar, se vio reflejada en hechos de violencia. En avenida Rivadavia y Medrano, un conductor atropelló a un manifestante que se salvó al colgarse del capot, lo que no impidió que el auto lo arrastrara 200 metros. Por otro lado, en Sarmiento y Mario Bravo un grupo de vecinos astilló la puerta de entrada de un edificio porque uno de los ocupantes había dejado encendidos los adornos navideños mientras ellos no tenían electricidad. Además, una sucursal de Edesur en el barrio de Almagro fue atacada durante una manifestación.
Según el Ministerio Público Fiscal, ante el corte de una arteria la Policía debe labrar actas y dar parte a la fiscalía. Sin embargo, varios efectivos que participaron en los cortes aseguraron que no tenían orden de hacerlo. «Tanto los vecinos sin luz como los automovilistas que sufren los cortes sienten que la legalidad, en la que se basa su estructura psíquica, se rompe», sostiene Miriam Mazover, directora del Centro Dos. «Como no hay sanciones, se instala en la sociedad la idea de que se puedo protestar en cualquier lugar y eso es peligroso», explica. El último mes, los vecinos fueron los principales protagonistas de los cortes.

Nota completa http://www.perfil.com/contenidos/2011/01/03/noticia_0001.html