En este caso es una historia en primera persona, pero seguramente a vos también te pasó. Me crucé en una bajada de la Panamericana con un violento al volante que casi me choca y no me sorprendió encontrar que tenía la patente tapada.
Cintas, cartones enganchados, rayones a propósito y hasta detalladas pinceladas son parte de los artilugios que vemos a diario para que no se pueda identificar una patente a través de las fotomultas.
En esta oportunidad, como lo detuvo el semáforo, pudo mi acompañante tomar una foto que subí a twitter. En el mensaje arrobé a la Agencia Nacional de Seguridad Vial y a su titular Pablo Martínez Carignano, porque sé de la preocupación que tienen por este tema.
Adulterar la patente es un delito para poder cometer otros delitos. Nadie sale a la calle armado y con pasamontañas, si no es un delincuente. Y eso es lo que son todos los que tapan la patente, porque buscan la impunidad para cometer excesos de velocidad, cruzar los semáforos en rojo y hasta poder huir sin ser identificados si atropellan y matan a alguien.
La buena noticia es que ya tiene identificado al titular del vehículo y la ANSV le solicitó al Municipio de San Isidro, que le suspenda la Licencia de Conducir.
Para todos estos casos de «tapa patentes» hay un cuestión legal que están intentando resolver, porque el artículo 6.1.9 de la Ley 451 de CABA y en numerosos códigos de faltas de todo el país, consideran que cuando se ensucia u oculta la chapa es una simple infracción. Sin embargo, la Justicia toma la adulteración como delito (Art. 289 del Código Penal) cuando apunta a modificar el dominio para que parezca otro.
Vos también podés denunciar con foto a «los vivos de la patentes» al whatsapp de la ANSV para que se los sancione y podamos construir una cultura vial más responsable