Me permito hablar de la radio en una situación en particular: arriba del auto. Hace más de 20 años que formo parte de ese momento diario, muchas veces tedioso.
Sin embargo, hay quienes lo redefinen como un espaciode propio, aunque se esté rodeado de más autos, camiones y bocinazos. ¿A quién no se le ocurrió una gran idea escuchando la radio en medio de un embotellamiento? o simplemente, se descubrió cantando un jingle… cañoncitos de membrillo 🎶
Uno de los primeros autos de fabricación nacional que ofrecían aquella innovación en el tablero fue el Torino y creó un nuevo oyente: el radioescucha al volante.
Se sumó entonces el periodismo de servicio con la Torre de Tránsito hacia el final de los 70. Y en la década del 2000, cuando se hicieron más comunes los piquetes que los vehículos en los puentes y principales avenidas de la Ciudad, un puñado de periodistas volvimos protagonista de la hora pico al Info del Tránsito en todos las AM y FM del país.
Últimamente la radio «tradicional» compite con el scroll en redes sociales y con el streaming, que sumó a esa típica mesa con micrófonos la imagen en vivo, quitando mucho de imaginación al oyente.
No es cierto que faltan oyentes. Quizá allá que encontrar mejor cada audiencia y ofrecer una propuesta bien segmentada. Y no me refiero por sesgo político, eso le hizo muy mal al Medio. Terminó aburriendo, perdiendo auspicios y ajustando: menos colaboradores y peores salarios.
Hoy la Radio en Argentina cumple 105 años, más de la mitad de ellos arriba del auto, y la gente quiere saber qué pasa más adelante en el camino. Yo voy seguir informándoselo!