La reubicación del transporte público de pasajeros en las avenidas contribuye con la seguridad vial, dado que la circulación de colectivos en calles angostas representa mayores riesgos de colisión. Esta medida permite que tanto autos particulares como peatones se trasladen en calles barriales con mayor seguridad.
En lo que va de la gestión de Mauricio Macri ya se han implementado 9 vías preferenciales y carriles exclusivos. Los objetivos y beneficios van desde menor tiempo de viaje hasta mayor seguridad vial y menos contaminación ambiental (algo a lo que todavía no le prestamos mucha atención, pero hay que estar atentos a lo que pasa en Chile y la polución)
El tiempo de traslado en transporte público se redujo desde un 10% hasta un 35%. Por otra parte, debido a la habilitación de las vías alternativas, el tiempo de traslado de los automóviles particulares no sufre cambios. En todas las intervenciones se redujo significativamente el tiempo de viaje del transporte público:
Según estudios realizados por la Agencia de Protección Ambiental (APRA), la reducción de colectivos circulando por las calles interiores disminuye la contaminación sonora y ambiental, mejorando la calidad de vida de vecinos y transeúntes de la zona. Dadas las características de las avenidas (ancho entre líneas de edificación, vegetación de gran porte, etc), los ruidos y emanaciones de gases y partículas se disipan más rápidamente. A su vez, al distanciarse las paradas de ascenso y descenso a un promedio de 400 metros se reducen las aceleraciones y frenadas constantes de los colectivos mejorando el rendimiento ambiental, tras la reducción de los factores de combustión y la consecuente emisión de gases.
Éxito de los carriles para el transporte público
Asimismo, creemos que es preciso también generar en algunas avenidas «carriles limitadores» para colectivos. Esto es, dos carriles de los que los colectivos no puedan salirse, pero a los que sí puedan entrar coches particulares exclusivamente para el giro o ingreso a garages. La prueba podría hacerse en Avenida Cabildo donde los colectiveros se entretienen abriéndose hasta la línea amarilla para ir «más rápido» cuando otros colectivos se detienen a mitad de la calzada «para ahorrar tiempo».

















