Entre los males están las bicis eléctricas -ya hay 60 millones- circulando a mayor velocidad y coches particulares y taxis entrometiéndose en las ciclovías para subir y bajar pasajeros o mercadería.
Un encuesta publicada por el Centro de Investigaciones del Transporte de Beijing indica que el 40% de los ciclistas dijeron estar insatisfechos con las condiciones de los caminos, mientras que muchos otros han renunciado ya a su bicicleta temiendo por su seguridad, ya que las estadísticas informan que en 2008, 712 ciclistas resultaron muertos y otros 3.114 lesionados en siniestros viales.
Desafortunadamente, la solución preferida en muchas ciudades ha sido estrechar, o inclusos quitar, los carriles de bicicleta de los caminos, para hacer sitio al creciente tráfico automotor. En algunas áreas los carriles se han subido a las aceras y apenas miden 1 metro de ancho, lo que deja poco sitio para maniobrar, y en los nuevos diseños de autopistas urbanas y carreteras principales ya no se incluyen espacios para ciclistas.